PARA SER DIGNOS DEL PASADO; PROTAGONISTAS DEL PRESENTE Y CONSTRUCTORES DE UN DESTINO MEJOR.

jueves, 24 de marzo de 2011

24.03.1976 - NUNCA MÁS - 24.03.2011

Conclusión de la Obra “La noche de los lápices”, representada en Teatro 3 de Febrero, el 23.3.10 por estudiantes secundarios


Cuánta angustia!. Cuánto dolor!.

Cuánta sangre inocente!. Cuántos sueños truncados!.

En nombre de qué perversidad se puede asesinar a una mamá que acaba de dar a luz y apropiarse de su hijo?. Robarle su identidad. Robarle su historia.

En nombre de qué miseria moral se puede asesinar a un niño; a un adolescente; a un trabajador; a un estudiante?. A cualquier ser humano.

En nombre de qué bajeza inhumana un dictador puede justificar su crueldad, el crimen, el asesinato. El sanguinario placer de matar; de torturar; de someter.

Está claro que estas minorías repudiables nunca revelarán sus inconfesables motivos.

La explotación de los más débiles; la usurpación de la riqueza de una Nación y la voluntad de un Pueblo. Su sometimiento a designios de los poderosos de adentro y de afuera. La entrega del esfuerzo Nacional. Su repudio por la democracia, por la voluntad de las mayorías, por los derechos de los humildes y su perverso desprecio por la vida, han sido la principal miserable motivación de cipayos, criminales y traidores. Nunca lo dirán.

Entonces cabe preguntarnos, cómo tan pocos pueden imponerse a la voluntad de tantos?. Dónde radica la cruel perversidad de su poder?.

En 1930; 1955; 1962; 1966; y 1976 tomaron por asalto los Gobiernos Democráticos, siempre esgrimiendo las mismas excusas.

En el vano encubrimiento de los oscuros intereses, siempre sus excusas decían hacerlo por la salud de la República, por la defensa del “Ser Nacional”; por la paz y la preservación de la vida, de “nuestro modo de vida occidental y Cristiano”, de las Instituciones de la República” y nuestro “Sistema Democrático”.

En nombre de ello abolían los derechos y garantías de la Constitución; clausuraban las Instituciones; usurpaban los poderes de la República; endeudaban la Nación; hipotecaban la renta nacional; desmantelaban el Estado; destruían la economía real; sembraban la pobreza, la desocupación, la marginalidad, el hambre y la miseria.

Encarcelaban, robaban, torturaban, mataban, “desaparecían”.

La mas cruel y sanguinaria expresión de este desprecio por la vida, cuyo dolor no cesa y cuyas heridas no cicatrizan, se manifestaron a partir del golpe genocida perpetrado el 24 de Marzo de 1976.

Como tantas veces, los militares utilizaron en contra de su propio Pueblo las armas que éste les confió para su defensa.

Pero también, como tantas veces, no estuvieron solos.

Estaban los sectores oligárquicos que siempre rechazaron todo proyecto de gobierno popular. Estaban los sectores políticos que siempre obstaculizaron desde adentro y desde afuera el normal funcionamiento de las Instituciones y la marcha de los procesos democráticos. Estaban los sectores pseudodemocráticos que siempre estuvieron al servicio de los grandes intereses económicos que facilitaban su acceso por cualquier vía al Poder y al manejo del Estado, desde donde compartían la inescrupulosidad de sus beneficios y oscuros negociados.

De forma abierta o encubierta. Todos ellos estaban.

Pero con ellos solos no podría haber alcanzado. Jamás podría haber alcanzado. Hacía falta una complicidad... Una complicidad fundamental.

Una complicidad sin la cual hubiera sido imposible que tanta infamia se haya vuelto a repetir.

Una complicidad atroz que nace de una conducta llena de culpas, que no excluye de responsabilidad: la INDIFERENCIA y la FALTA DE MEMORIA.

Tal vez para quienes todavía no habíamos nacido y para quienes a pesar del dolor conservamos la dignidad, esto nos motive a preguntarnos: Entonces, que pasó?.

Cuál fue la verdadera causa?

No sería raro que la mayoría de las respuestas que se nos puedan ocurrir tiendan a relevarnos de toda responsabilidad, sobre la larga noche del proceso genocida y de destrucción de la Nación.

Siempre hemos creído que nada ha sido por nuestra culpa. Que han sido los Gobiernos; han sido los Militares; han sido los dictadores; han sido los delincuentes; han sido los asesinos; han sido las corporaciones; han sido los grupos de poder, externos e internos.

Siempre hemos creído que estamos exentos de culpa. Que no hemos participado.

Por eso es bueno preguntarnos: qué es lo que hacemos a la hora de defender el pronunciamiento de las urnas?. Qué hacemos cuando se advierten signos de desvíos del mandato popular?. Qué hacemos cuando un Gobierno democrático comienza a ser hostigado, obstaculizado para ejercer su mandato, desde dentro y desde fuera de las Instituciones Republicanas; cuando se lo ataca desde los centros de poder económico, político, mediático o militar?. Qué hacemos?.

Cuál es nuestro protagonismo?; cuál es nuestra participación?; cuál es nuestro compromiso por mantener la memoria activa sobre los aberrantes precedentes de las fuerzas de la antidemocracia?. Cual es nuestro compromiso ciudadano?, nuestra actitud democrática preventiva?.

Ya de nada sirve cargarnos de culpas. De nada sirve mutilarnos en nuestra evocación.

Como de nada sirven las historias de golpes de estado; traiciones y desdichas que llenan olvidadas páginas de historia y propician ajenos best Sellers, obras de teatro, cine y televisión.

De nada sirven si no nos activan la memoria. De nada sirve si no nos generan el firme compromiso de participar.

De nada sirven si solo vamos a ser pacientes observadores foráneos del nuevo golpe, del nuevo atropello.

Del nuevo avasallamiento de la voluntad popular, propiciada y anunciada ante la mirada indiferente de los que piensan que no les va a tocar, que nada va a pasar.

Entonces, es justo preguntarnos: en la conciencia de quién hemos dejado nuestro futuro?. En manos de quién hemos dejado el esfuerzo de nuestros abuelos?. En nombre de qué torpes y ciegos egoismos se puede encontrar el motivo para desertar?.

Qué placeres superfluos; qué dioses de barro; qué fantasías efímeras; qué consumos banales?. Qué cosas pueden resultar más importantes que nuestro destino?.

Ya no habrá margen para decirnos: “Nosotros no fuimos. No estábamos. No sabíamos”.

Ya no puede haber margen para la necedad de quienes se creen: “Orgullosamente independientes”. “Orgullosamente apolíticos”.

La necedad de creerse “capaz de construir nuestra propia historia. Individual, independiente, privada”. Ajena a la suerte de los demás.

Se ha destruido, saqueado y devastado uno de los países mas ricos del planeta. Nuestro País y se lo ha hecho mientras nosotros estábamos en él.

Son demasiados los que sufren y muy pocos los exentos de culpa.

Si tomamos conciencia de esto. Si asumimos que el tiempo más importante es el que destinamos al interés de todos. Si entendemos que con la participación de los hombres de buena fe esto no hubiera sido posible. Entonces, estamos a tiempo; entonces aún queda dignidad; entonces, hay esperanza.

Con nuestra presencia activa en las organizaciones de la comunidad, en la recuperación de las Instituciones de la Democracia y en la depuración de la actividad política, iremos construyendo el verdadero, el único, el inalienable destino común de grandeza para nuestro Pueblo, nuestra Patria y nuestros hijos.

Con este protagonismo y solo con este protagonismo, vamos a recuperar nuestro lugar en el mundo. Solo así.

Como adolescentes que sin haber vivido hemos sufrido esta pagina negra de nuestra historia, pretendemos, además de ofrecer este humilde trabajo en ejercicio de nuestra Memoria, asumir el compromiso por un verdadero NUNCA MAS y convocar al compromiso activo de las generaciones de nuestro tiempo, para que juntos podamos construir la Patria y el Futuro que nos merecemos.

NUNCA MAS! A la indiferencia.
NUNCA MÁS! Al olvido.
NUNCA MÁS! AL PERDÓN NI Punto Final.

MEMORIA ACTIVA Y PARTICIPACIÓN para la Verdad, la Justicia y para que NUNCA MÁS!.

Todos juntos comencemos a Participar:

Por nuestra Memoria Activa
Por nuestro Compromiso y Participación
Por la Verdad y la Justicia
Por el Castigo a los Culpables
Contra el olvido y la Indiferencia
Contra el Perdón y Punto Final
Por nuestros hermanos Desaparecidos
Por nuestros Hermanos Torturados y Asesinados
Por nuestros Hijos Apropiados
Por su Derecho a la Identidad y la Verdad

Son muchos los que hubieran querido participar desde esta Obra o desde ese lugar que Uds. ocupan. No lo pueden hacer porque les arrancaron la vida.

Por eso, nuestro mejor premio, el único premio, radica en nuestro compromiso, en nuestra participación y en nuestra lucha!.

En éstas se prolonga la vida de los que ya no están.

No se la arranquemos otra vez!.

POR FAVOR, NO SE LA ARRANQUEMOS OTRA VEZ!!!!.

POR FAVOR!!!!!!!!!.

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