PARA SER DIGNOS DEL PASADO; PROTAGONISTAS DEL PRESENTE Y CONSTRUCTORES DE UN DESTINO MEJOR.

viernes, 14 de agosto de 2009

CONDICIONES INDISPENSABLES PARA EL EJERCICIO DE LA ACTIVIDAD POLÍTICA Y LA FUNCIÓN PÚBLICA

a- La honestidad, la moral pública y la transparencia de todos los actos vinculados a la gestión de gobierno como así las conductas y actitudes de sus responsables, deben ser irreprochables e incuestionables. Esto significa tolerancia cero a cualquier forma de corrupción, prácticas deshonestas o maniobras poco claras, cualquiera fuera el nivel en el que se cometieran o la significación económica que representaran, sobre cuyos responsables deberá aplicarse el mayor rigor de la Ley;
b- El eficaz y oportuno funcionamiento de los organismos de control garantizará, sin excepciones, la inmediata aplicación de las medidas y las acciones administrativas, civiles o penales que correspondan a cualquier irregularidad detectada. Esto significa impunidad cero, a quien fuera que defraude la confianza depositada sobre él;
c- Las facultades o atribuciones directas o indirectas que puedan corresponder o derivar del ejercicio de la gestión de gobierno, deberán ser aplicadas exclusivamente dentro del marco de las normas y funciones conferidas e implementadas con estricta responsabilidad, equidad y justicia. Esto significa tolerancia cero a cualquier exceso o abuso de poder o utilización de influencias para la obtención de beneficios o privilegios, o el cometido de arbitrariedades en desmedro o perjuicios de quien fuera, de la forma y en el ámbito que sea;
d- La actividad política y el ejercicio de la función pública son esencial y excluyentemente un acto de servicio y compromiso social que emerge de la vocación por el bien común y la conciencia por el destino de conjunto. Es intolerable la utilización de la función pública para construir el bienestar propio, de familiares o allegados, o asumirla como un medio de ganarse la vida. Es una deformación y degradación que atenta contra la construcción del desarrollo social, la eficacia de gestión, los objetivos trazados y, en general, contribuye al descrédito y envilecimiento de la actividad política y el empobrecimiento del conjunto;
e- El valor supremo de los Derechos Civiles de la Democracia, es la libertad y la Igualdad de los ciudadanos para elegir y ser elegido. Es una actitud deleznable e inhumana que se explote el estado de necesidad de una persona para obtener una adhesión, un voto o un rédito político cualquiera que fuera. Es un acto despreciable incompatible con la función pública y el ejercicio de la democracia;
f- La primera exigencia que se plantea a un ciudadano entregado a su vocación política, es prepararse para asumir con idoneidad las responsabilidades que se le encomienden. La ineficiencia, la impericia y la improvisación, cuando se cometen desde del Estado, ocasionan daños irreparables que siempre son en detrimento de los más débiles. Reincidir en errores por falta de idoneidad, constituye una grave irresponsabilidad incompatible con la continuidad en la función pública y un acto culposo por el que se debe responder administrativa, civil y/o penalmente;
g- Una condición esencial que conlleva la vocación política es la sensibilidad por el dolor; la necesidad y el interés del vecino, el compatriota, la comunidad. El ser humano y la realidad de todos. La indiferencia y la indolencia del funcionario ante la necesidad social es incompatible con su continuidad en la gestión y un acto culposo por los perjuicios sobre los que debe responder administrativa, civil y/o penalmente. Los enemigos están bien definidos. Es una guerra frontal contra la miseria; el atraso; la decadencia; la degradación; los privilegios; la ineficiencia; la indolencia; la indiferencia; la arbitrariedad y la impunidad.
Llevaremos en alto las banderas del desarrollo humano, económico y social; el futuro compartido; el abrazo solidario y la esperanza de un futuro mejor. De un País soberano con un Pueblo digno, que viva en paz, justicia y libertad.
Una paz que nacerá de muchas batallas, libradas por un ejército de voluntades heroicas que seguramente no estará exento de derrotas y deserciones. Pero esto será accesorio. Lo esencial será la grandeza de un pueblo que lucha por su dignidad, y en esta gesta épica radica la magnitud inmensa de su fuerza invencible y el triunfo final.
Pero es imprescindible tener presente que la clave esencial para llevar adelante esta epopeya con éxito, exige como condición principal que ineludiblemente debe cumplirse, y que por eso la diferencia y destaca de todos los otros intentos que han fracasado, es que este debe ser un proyecto, una causa y una empresa de las mayorías populares, por todos, con todos y para todos.
Exige un compromiso social y solidario colectivo del que, no solo deben ser artífices y ejecutoras, sino también fiscalizadoras de todas y cada una de las acciones, de todas y cada una de las políticas y estrategias que se definan y de todos y cada uno de los objetivos que se fijen.
Pero, por sobre todo, será tarea del conjunto, la permanente evaluación de los resultados, ya sea del resultado de las acciones, tanto del correcto desempeño de cada uno de los hombres y mujeres afectadas a cada cometido.
No hay espacio para salvadores; no hay margen para iluminados. Los individualismos; los personalismos; los autoritarismos y las ambiciones, son el ineludible retorno al fracaso.
Hará falta liderazgo; hará falta conducción, hará falta idoneidad, pero por sobre todas las cosas, hará falta participación; compromiso y solidaridad. Y hará falta que estemos todos. El camino al triunfo solo transita por el pensamiento plural; el proyecto compartido; el esfuerzo conjunto y el protagonismo de las mayorías.
No comprender esto, tal vez conlleve el riesgo de negarle la última oportunidad a la Democracia, para que pueda demostrar su capacidad de asegurar un destino digno para todos.
Pero más allá de estos enunciados éticos que, seguramente, toda nuestra sociedad comparte sobre este proceso de degradación integral que nos agobia, los niveles dramáticamente inhumanos que ha alcanzado, requiere de una madurez que supere la retórica de circunstancia, para aterrizar crudamente en los diagnósticos concretos y las decisiones certeras, que aseguren la inmediata solución a los problemas más urgentes y los cambios estructurales que permitan sentar las bases de un tiempo mejor. Un NUEVO TIEMPO
Porque es tiempo de buscar coincidencias pero también, impostergablemente, es tiempo de acción. Es tiempo de asumir la definición concreta del País, Provincia y Ciudad que queremos para nuestros hijos, pero también es hora de fijar objetivos claros y marchar firme y rápidamente hacia ellos.
Es hora de asumir que la esperanza que se construye en proyectos, únicamente se sostiene desde el esfuerzo compartido, el trabajo fecundo, el compromiso solidario y el accionar eficiente y honesto.
La indiferencia social ante la ineficiencia; la indolencia o la indecencia del Estado, más allá de los culpables y responsables para los cuales no puede ni debe haber impunidad, ha sido la gran causa de tanta angustia y dolor que hoy nos conmueve.

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